17 octubre 2018
Hoy se celebra el día Mundial del Dolor y desde #FFPaciente queremos dar visibilidad a todas las personas que sufren esta desagradable sensación. La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP), define el dolor como una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada a un daño tisular real o potencial. Además, añaden que siempre es subjetivo, es decir que depende de la percepción de cada persona.
Lo más probable es que todos en algún momento hayamos sentido dolor por alguna acción puntual, por ejemplo, un golpe, un pinchazo, un corte, pero no nos referimos a ese tipo de dolor, sino a aquel que, además de suponer una sensación desagradable en alguna parte o partes del cuerpo, lleva asociada una experiencia emocional. En este sentido, queremos hacer mención al dolor crónico, ya que las personas que lo sufren pueden ver alteradas diferentes áreas de su vida.
¿Cómo nos puede afectar el dolor crónico?
Sentir dolor de una manera continuada en el tiempo, sin ver que éste se resuelva, está asociado a diferentes emociones negativas como tristeza, apatía, desesperanza, preocupación, etc. que, a su vez, mantenidas con una intensidad elevada, pueden generar problemas psicológicos como depresión y ansiedad, entre otros. Pero no solo nos genera emociones negativas, sino que lleva asociado otro tipo de complicaciones:
- Cambios en la relación de pareja o familiar.
- Disminución de las relaciones sociales.
- Pérdida de nuestros hábitos cotidianos: hacer ejercicio, salir, ocio…
- Cambios laborales o pérdida de empleo por no poder seguir desempeñando las funciones asignadas.
- Baja autoestima, relacionada con sentirse poco útil y no poder llevar nuestras actividades diarias.
- Dificultades para dormir y descansar.
En definitiva, el dolor crónico tiene un impacto importante en la persona que lo sufre, viéndose reducida su calidad de vida.
¿Qué papel tiene la psicología en el tratamiento del dolor?
Resulta fundamental seguir las indicaciones del equipo médico y de enfermería que nos atiende, sin embargo, como se ha comentado, el dolor tiene un componente subjetivo, afectivo y emocional, por lo que su abordaje también puede realizarse desde el campo de la psicología.
El/la psicólogo/a nos puede ayudar a adquirir herramientas que nos permitan manejar o controlar la sensación de dolor, por ejemplo, con técnicas de relajación, ya que tener niveles altos de ansiedad está asociado con un mantenimiento del dolor o un aumento del mismo, al igual que la depresión está relacionada con una percepción de mayor intensidad.
Además, el/la psicólogo/a puede ayudarnos a identificar las áreas de nuestra vida que se han visto alteradas por el dolor (familiar, social, laboral…) y buscar el mejor abordaje, potenciando nuestros recursos personales.
Recursos de interés:
La Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS) dispone de un tríptico que aborda el dolor crónico “Aspectos psicológicos. Conoce y reduce tu experiencia de dolor”.