El plasma forma parte de la sangre y se trata de un líquido transparente formado 90% por agua que incluye también sales minerales y una gran cantidad de proteínas. Supone el 55 % del volumen total de la sangre y en él están suspendidos glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.
El plasma sirve para transfundir a pacientes con problemas de coagulación o para el tratamiento de enfermedades hematológicas.
No obstante, del plasma también pueden obtenerse diferentes proteínas que sirvan como medicamentos para los cuales no existe una alternativa y que no se pueden sintetizar de forma artificial.
Por una parte, la albúmina puede servir para tratar pacientes con shock hemorrágico o pacientes sometidos a trasplante hepático, por ejemplo. Los factores de coagulación, por otra parte, sirven para tratar personas con hemofilia.